28 de septiembre de 2011

Día 8: De pequeñas ráfagas de realismo


 Seguimos trabajando con el violoncello y, poco a poco, vemos como esto va cogiendo forma. Falta trabajo por delante, desde luego. Mucho trabajo por delante. Y conforme avanzamos, aparece el temor a que el resultado deforme el sentido primigenio de las canciones. Como ocurrió con el primer disco, la idea de fallar a las propias canciones, de intentar ser quienes no somos, no entra en nuestros planes. A ver.



22 de septiembre de 2011

Día 7: De cuestiones de cuerda



Hoy tocó sesión de violoncello. Tocar con Elena es una maravilla. Verla tocar es también una maravilla. Llevamos tocando juntos desde hace... seis o siete años. De esas pocas personas que me conocen perfectamente y se adelantan. Compartir escenario es algo que une de alguna manera... casi cósmica. Cada vez que tocamos pienso en la suerte que tengo de poder contar con ella. Tanto fuera como dentro del escenario. Este disco es un 50% suyo. Elena está haciendo que este disco suene bien. Bonito. Mañana más.



20 de septiembre de 2011

Día 6: Finalizando etapas


En la última sesión de estudio acabamos por fin con las guitarras. El disco comienza a adquirir personalidad y asoma directo y a la vez retorcido. A la hora de hacer canciones, uno no es capaz de limitar lo que quiere o no decir. "Cuántas veces..." fue un disco descriptivo. Diferentes perfiles o sentimientos desarrollados de una u otra manera. Esta vez el viaje ha sido de fuera hacia dentro. Es un disco lleno de miedos y 100% emocional, donde deja de existir todo lo que rodea a la situación y se centra en el estómago. Un viaje a donde nunca queremos ir. A donde nosotros mismos no nos reconocemos. Esperemos poder darle forma a todo esto.